Quién no ha pensado alguna vez en la vida en tirarse al monte, solo, alejado del bullicio del día a día, a la aventura, sin nadie que le moleste… Pues esto es lo que hace la protagonista del nuevo libro de Noelia Velasco, “Una ventana al bosque” (desnivel), que presentó en el espacio cultural de La Pilarica en un acto en la que estuvo acompañada por la también escritora y aventurera, Core Muñiz. Una cabaña en ruinas, la compra para sobrevivir algún tiempo y las visitas de insectos y animales es lo único que se lleva esta mujer a una aventura que no ha hecho más que empezar. La escritora nos abre una ventana que no vamos a poder cerrar.
¿Alguna vez has hecho lo mismo que la protagonista, echarte al monte sin mirar atrás y a la aventura? “No, nunca lo hice, pero si me he visto con las ganas de hacerlo. Ante la imposibilidad de hacerlo yo, decidí escribirlo para sacar una frustración y una pena por la que estaba transitando”, explicó la autora. Una Noelia Velasco que está ligada al mundo de la naturaleza ya que trabaja en el botánico de Gijón (Museo Evaristo Valle). “La protagonista se sumerge en la naturaleza, en esa dimensión que te acaba atrapando. El bosque siempre vive en una perpetua restauración que te lleva a ese equilibrio. Cuando uno está roto o desestructurado, acude a esa llamada del silencio de la naturaleza, donde nunca eres juzgado, donde puedes ser tú mismo. La protagonista se rechaza a sí misma con esa partida y se va reencontrando, se reconcilia”, dijo.
¿Y qué busca con esa “desaventura”? “La felicidad de reencontrarse con la sencillez de la vida. Ella busca encontrar la calma que ha perdido. Sin la calma, todo lo demás es imposible. A lo largo de esos meses encuentra su lugar en el mundo”, apuntó la autora, que reconoció que “la cabaña existe en realidad y la foto que se puede ver en la portada es una foto mía. El 90% de la descripción del bosque está basado en un bosque real de aquí de Asturias, en la zona de los Oscos”. Todo tiene su mensaje, su importancia. “Lo que intento poner de manifiesto en la novela es que nuestra actitud ante la vida, las circunstancias y las personas lo es prácticamente todo, porque las cosas no pesan igual con una actitud que con otra. Esta vida es para los valientes”, explicó.
Ella se recupera física, emocional y espiritualmente es este trayecto de vida, pasó de los miedos y temores a preocuparse por las visitas de un ser a la cabaña. “El señor ratón existió de verdad en mi vida. Hay muchas cosas en la novela que yo he experimentado, pero hay otras que no las he vivido yo personalmente, las he tomado prestadas de otras personas. Ante la necesidad, los seres humanos somos capaces de hacer muchas más cosas de las que nos imaginamos”, indicó Velasco. Una autora gijonesa que comentó emocionada que “muchas personas me dicen que esto siempre fue su sueño, el de irse a una cabaña al bosque. Tenemos una necesidad increíble de silencio, de quitar muchos ruidos que sufrimos en la cotidianidad”.
Estas reflexiones y aventuras la llevaron a hacerse con el Premio Desnivel de Literatura. “Fue increíble. Nunca tuve la intención de escribir una novela, la idea era que fuese un escrito pero de repente me vi escribiendo día y noche. Me presenté al Premio Desnivel, aunque no encajaba mucho en las bases del certamen porque está más destinado deporte de montaña, aventura… Me agarré al parámetro de aventura diferente”, comentó. “Fue una sensación increíble, estuve como tres días flotando”, dijo entre risas. “En cierto modo yo me desnudo en el libro, así que intimida que llegue a todo el mundo. Es precioso e intimida a la vez, es un momento muy dulce”, comentó emocionada.
Todo cambió tras escribir el libro. “La herida que tenía, sanó. Tuve la sensación de haber vivido yo todo lo que acontece en la novela”, reconoció, y apuntó entre risas que “puede que haya una segunda parte algún día”. La presentadora del acto, Core Muñiz, concluyó la presentación comentando lo increíble del trabajo de Noelia Velasco y comentando que “hace falta tocar fondo, como le ocurre a la protagonista del libro, para luego alcanzar la felicidad”.
