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23 NOV

“Este libro es un acto de amor”

Un total de 20 relatos componen el nuevo libro de Carmen Cabeza y Carlos Becerra, “Sara o el marchitar de las amapolas” (El Sastre de los Libros), que presentaron en La Pilarica
“Este libro es un acto de amor”

Temas como la soledad, el desamparo o la claudicación de la esperanza componen el guión del nuevo trabajo de Carmen Cabeza y Carlos Becerra, “Sara o el marchitar de las amapolas” (El Sastre de los Libros). Un libro de relatos en el que se adentran en la adversidad y el fracaso. Fernanda Lazo fue la encargada de dirigir la presentación en el espacio cultural de La Pilarica. Atrás quedan otros trabajos de Cabeza, como “Nunca fuimos Ingrid Bergman”, con el que logró el premio de la Crítica de Asturias en el año 2020.

“Este libro es un acto de amor”, comentó Carlos Becerra. “Siempre tuvimos en mente hacer algo juntos, como un acto de homenaje a cuando nos conocimos”. La idea del libro fue juntar los relatos que ambos habían escrito. “Queríamos hacer algo de calidad”, señalaron. Nuestros protagonistas tienen un estilo diferente. “Yo me encuentro más cómodo en la sugerencia, en la ocultación, mientras que Carmen es más diáfana, más clara”, opinó Becerra. Y en cuanto a los temas de los relatos encontramos una gran variedad. “Los dramas de la cotidianidad, la pérdida, el castigo, la frustración… son hilos comunes en los relatos”, explicó. Las fotografías también forman parte de la obra. “Son oscuras, intentan mostrar un lado oculto, dejar entrever una historia que queda para la imaginación… Nos pareció bonito mezclar relatos y fotografías, lo convierte en un libro muy visual”, dijeron.

¿Por qué escogieron este género literario? “Los relatos nos recuerda a cuando nos conocimos, en un taller literario impartido por Laura Castañón. Son lo más primitivo en la historia de la literatura, es contar un cuento”, explicó Carmen Cabeza, que añadió más temas de los que versa el libro. “Hay una confusión entre lo real y la ficción, que provoca la pérdida de identidad. Otra línea tiene que ver con las relaciones tóxicas, la dependencia emocional, con situaciones que reflejan el amor y su otra cara, la destrucción”. Los niños o adolescentes que se inician en la vida es otro de los argumentos que podemos encontrar. “Están enfrentados a una inseguridad tremenda y tienen la confusión de la inmadurez”, declaró Cabeza.

La escritura como terapia. “Una de las protagonistas hace coincidir su enfermedad con la pasión por la literatura. Poco a poco se va curando mientras escribe. Es la literatura como una pasión enfermiza”, detalló. Todos estos temas tienen un nexo de unión. “La mirada hacia la fragilidad, personajes que están atrapados o solos, que no ven una salida… son aspectos con los que el lector se puede sentir identificado. Nos muestran a nosotros mismos y nuestras fragilidades”, comentó la autora. Una escritora que se mostró orgullosa de poder hacer este libro con su compañero de vida. “Es un orgullo haberlo escrito con él”, dijo. Mientras que Becerra declaró que “nosotros nos sentiríamos orgullosos si el libro hace reflexionar al lector”. En definitiva, son relatos de vida. “Hay que tener la empatía y la capacidad de ponerte en lugar de los otros”, comentó Cabeza. “Todas las personas son sentimientos, y son comunes a todos, como el desamor, el pasar a la vida adulta… “, finalizó Becerra.

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