Actividad impulsada por la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura que tiene por objetivo poner en valor la pluralidad lingüística de nuestro país.
En esta ocasión los protagonistas fueron el gallego Marcos de la Fuente, autor de “Las partículas brillosas” y “El manifiesto”, y el asturiano Diego García Solís, autor de “Hágase abril”, “Y el mundu marcha” y “Cállanos con esa música”, obra con la que consiguió el Premio Asturias joven de Poesía en el año 2018.
Un Diego García Solís que comentó que “comencé a escribir poesía en la adolescencia, pero hasta años después no volví a retomarlo por unos momentos en los que tuve la necesidad de sacar cosas que tenía dentro. Lo hice a través de la poesía, ya que de otra manera no sería capaz”. Por su parte, Marcos de la Fuente eligió este género literario porque “era lo menos usado, lo que menos sentido tenía, lo menos transitado, lo más difícil”. Y es que, ¿es tan difícil como parece la poesía? “Lo difícil no es escribir poesía, lo difícil no es recitarla, lo difícil es ser poeta, denominarse a uno poeta. Y más en este país y en las condiciones en las que estamos, por eso los poetas son más necesarios que nunca. La verdadera vacuna para lo que está pasando es la poesía”, apunta de la Fuente.
Una idea que comparte Diego Solís, que reconoce que “lo difícil es conseguir un buen resultado”. Además, apunta que “no creo mucho en la inspiración, al final lo que hago es leer mucho, intentar escribir todos los días y pulir hasta que salga lo mejor posible”. Un autor asturiano que gracias a este trabajo diario logró el Premio Asturias Joven de Poesía. “Fue un orgullo, pero también hay que relativizarlo porque hay muchos libros muy buenos que no consiguen el reconocimiento”, apunta.
De esta reputación goza Marcos de la Fuente, director del Festival Poético Kerouac que le llevó a recitar en lugares como Nueva York y para el que “la inspiración, como decía Oroza, es un pájaro que tienes en el hombro y que, a veces, cuando tienes suerte, te canta y te dice cosas. En mi caso es como una cascada, un vendaval que llega y que con los años aprendes a controlarlo y encauzarlo. Pero hay formas de inspirarse: estando con gente que te inspira, en los momentos profundos y en situaciones de tristeza o felicidad”. Grandes momentos como los que dejaron en La Pilarica, con un recital a dos voces, en gallego y en asturiano. “Creemos que esto es la primera que se hace”, bromearon.