Un total de 74 días viajando, 50.000 kilómetros recorridos, 24 países y territorios visitados, sobrevolar los cinco continentes, visitar ciudades como Brisbane, Auckland o Sao Paulo, dormir en hoteles, aeropuertos, estaciones de autobuses… Una aventura que Alberto Campa emprendió en los meses de enero, febrero y marzo de 2018 y que ahora recoge con la publicación de su nuevo libro, “Una vuelta al mundo por las islas del Pacífico” (Létrame Editorial). Este es su segundo trabajo tras “Una vuelta al mundo bajo cero”, y su tercera vuelta al mundo, en el que detalla las anécdotas, curiosidades, vivencias y “ángeles custodios” que encontró durante esta intensa y emocionante hazaña.
- Estamos ante una especie de diario de viaje…
Sí, partiendo de la base que soy más viajero que escritor, voy contando todas las anécdotas y curiosidades que vivo por sitios que no son muy habituales y que sorprenden por ese desconocimiento que hay, en este caso del Pacífico y Oceanía que es por donde se narra la mayoría del libro. Todo viaje comienza en una librería, entre tanto libro.
- ¿Cómo acaba un hombre de Pola de Siero dando tantas vueltas al mundo, dónde empezó todo?
Desde pequeñín que siempre me gustó viajar, además mi padre era chofer y marchaba mucho por ahí con el autobús… Tenía claro que quería estudiar Turismo, empecé a trabajar antes que a estudiar, primero vendiendo libros y ya después en agencias de viajes.
- ¿Cuál te gustó más, la vuelta al mundo por el norte o esta última por el sur?
Son muy diferentes. Como solo puedo viajar por el invierno porque en verano tenemos un hotel rural, aquellos meses fueron por la nevera del mundo, por Siberia y Mongolia, y en este caso todo lo contrario porque en el hemisferio sur es verano.
- ¿Cómo se prepara un viaje de este tipo?
No preparo casi nada, todo es a la aventura, según vayan sucediendo las cosas. En esta ocasión como eran muchos vuelos tenía que ir mirando unos días antes para sacar los billetes.
- Te mueves en autostop, bus, coche…
Para ir austero y ahorrar, intentas dormir en cualquier sitio, comer cualquier cosa y muchas veces los transportes en tierra hacerlos en el transporte local o autostop. En las islas es donde menos problema hay para hacer autostop, Oceanía es uno de los continentes más seguros del mundo.
- ¿Y cómo es la vida por Oceanía?
Es más monótona, más rutinaria. Pero por otro lado ves que son bastante felices. No hay grandes problemas, salvo algún acontecimiento climatológico como un ciclón o una erupción…
- Estuviste en el escenario del rodaje de la película El señor de los anillos…
Fue una pasada. Una vez que llegas parece que estás dentro de la película.
- ¿Qué se siente al estar solo por el mundo?
Sobretodo libertad. Es difícil llegar a tener el 100% de esa palabra, pero cuando tienes la posibilidad de salir, moverte libremente, dormir en una playa, bucear… te sientes libre.
- ¿Viviste alguna situación peligrosa?
En las grandes ciudades hay más peligrosidad, como Río o Sao Paulo. Hay que ir con más cuidado e intentar pasar desapercibido.
- ¿Cuál fue el lugar más especial de este último viaje?
Hay que separar entre sitios para ir una semana de vacaciones, para ir a trabajar un año o para vivir… algo que cumpla todas las cosas, para mí sería Nueva Zelanda. Es el más bonito de todos, es un pequeño mundo, con ciudades como Auckland. Además son las antípodas de Asturias, los paisajes y la vida son muy parecidos a los de aquí. Yo siempre consideré a Asturias como una de las diez regiones más bonitas y completas del mundo, pues Nueva Zelanda sería otra de ellas.
- ¿Qué países te quedan por visitar?
Entre países y territorios llevo 250 visitados. Me queda alguno del centro de África, Afganistán…
- ¿Tu próximo viaje?
Groenlandia, me voy dentro de un par de semanas.