Esta obra es el primer tratado de jardinería escrito en castellano, y uno de los más importantes de Europa. Si bien existían multitud de tratados sobre plantas medicinales y agricultura productiva, la relevancia de este libro radica en que trata sobre plantas ornamentales con fines decorativos.
Destaca algunas plantas por sus olores y colores, importantes en los jardines, y muy pocas se citan por su importancia alimentaria. Nombra algunas plantas para usar como aliño en ensaladas, otras para guisos, pero siempre dando preferencia a la estética.
Se incluyen distintos apartados didácticos sobre siembra, plantación, mantenimiento, tipos de árboles y arbustos, que nos permiten ver cómo la jardinería comenzaba a distanciarse de la agricultura, cobrando una nueva importancia basada en la belleza.