Toda la alegría de Ariel y Luna, dos jóvenes unicornios que han disfrutado a lo grande del Festival Anual de Unicornios, se borra de golpe cuando están a punto de morir durante la gran riada posterior. Una vez que las aguas se calman y se creen a salvo, unos cazadores los capturan y los conducen al castillo de sus reyes, que los encierran para exhibir entre sus visitas. No saben los aldeanos y sus monarcas que acabarán necesitando de su valentía y su bondad.