Liam tiene doce años. Doce años, una altura desproporcionada y barba. No es extraño que todo el mundo lo tome por un adulto. A veces, aprovecha esta confusión para hacerse pasar por un profe, para que le dejen conducir un Porche en una feria de automóviles o para presentarse a concursos haciéndose pasar por su padre. Por eso, acabará embarcado en una aventura que le llevará al espacio exterior.