"El mundo está en llamas". Este mensaje podía leerse en los carteles de los jóvenes que salían a las calles en 2019 reclamando el fin de la crisis ecológica, de la que los expertos llevan decenios alertando. "No hay planeta B" o "No hay tiempo que perder" eran otros de los eslóganes que se leían en las pancartas que daban la voz de alarma: la crisis climática es uno de los asuntos más urgentes hoy. La filosofía no se queda atrás, analiza y da respuestas a este problema, que necesariamente es el mayor reto a enfrentar en este siglo XXI.