Pasta, guita, parné, cuartos, plata, perras, panoja, moni. Dicen que por dinero baila el perro, que el dinero hace girar el mundo, que el dinero da la felicidad... ¿o será que más bien nos aboca a la destrucción?
Coincidiendo con el cambio de siglo y de milenio, Miguel Brieva comenzó a dibujar extrañas escenas satíricas sobre cuadernos rayados y viejos dietarios. Por aquel entonces hacía acopio de revistas antiguas en el Rastro de Madrid y era cada vez más consciente de vivir en una realidad desquiciada y profundamente hipócrita: "Tomé conciencia de que aquella intersección temeraria entre la gráfica brillante y naif de los albores de la sociedad de consumo y la crudeza discursiva del capitalismo terminal provocaba resultados hilarantes y escalofriantes a partes iguales, a menudo acompañadas por una extraña sensación de soterrada verdad".
Empezó a autoeditar a principios de los años 2000 una revista que a mucha gente le voló la cabeza: 'Dinero'. Con una estética publicitaria retro y desde una ironía demoledora y disruptiva, señalaba antes de tiempo cómo la lógica consumista imperante estaba acorralando y devorando poco a poco a la humanidad.