El propósito de este libro es reafirmar la prioridad de la búsqueda de las leyes en la ciencia del hombre; y la clave de su argumento es que el principio básico de la evolución sociocultural, conocido ya desde el arranque mismo de la antropología, es el determinismo tecnoecológico y tecnoeconómico: tecnologías similares aplicadas a medios similares tienden a dar origen a una organización del trabajo similar, y ésta a su vez a agrupamientos sociales de tipo similar, que justifican y coordinan sus actividades recurriendo a sistemas similares de valores y creencias. Una estrategia de investigación adecuada a este principio tendrá, pues, que conceder prioridad al estudio de las condiciones materiales de la vida sociocultural. En defensa de esta estrategia, que llama materialismo cultural, Marvin Harris hace una historia crítica -no un inventario, ni un compendio- del desarrollo de las teorías antropológicas de la cultura, con ánimo de probar que los antropólogos no han aplicado nunca de un modo consecuente el principio del determinismo tecnoecológico y tecnoeconómico, a pesar de lo cual han contribuido poderosamente a desacreditar esa opción que ellos nunca eligieron. Tal relegación de la estrategia del materialismo cultural es el resultado no de un programa razonable de investigación orientado de distinto modo, sino de las presiones encubiertas del medio sociocultural en el que la antropología ha conseguido verse reconocida como disciplina independiente. Marvin Harris, profesor de antropología en la Columbia University, es bien conocido en los medios académicos por sus artículos y libros. Realizó trabajos de campo en Brasil, Ecuador y Mozambique.
El propósito de este libro es reafirmar la prioridad de la búsqueda de las leyes en la ciencia del hombre; y la clave de su argumento es que el principio básico de la evolución sociocultural, conocido ya desde el arranque mismo de la antropología, es el determinismo tecnoecológico y tecnoeconómico: tecnologías similares aplicadas a medios similares tienden a dar origen a una organización del trabajo similar, y ésta a su vez a agrupamientos sociales de tipo similar, que justifican y coordinan sus actividades recurriendo a sistemas similares de valores y creencias. Una estrategia de investigación adecuada a este principio tendrá, pues, que conceder prioridad al estudio de las condiciones materiales de la vida sociocultural. En defensa de esta estrategia, que llama materialismo cultural, Marvin Harris hace una historia crítica -no un inventario, ni un compendio- del desarrollo de las teorías antropológicas de la cultura, con ánimo de probar que los antropólogos no han aplicado nunca de un modo consecuente el principio del determinismo tecnoecológico y tecnoeconómico, a pesar de lo cual han contribuido poderosamente a desacreditar esa opción que ellos nunca eligieron. Tal relegación de la estrategia del materialismo cultural es el resultado no de un programa razonable de investigación orientado de distinto modo, sino de las presiones encubiertas del medio sociocultural en el que la antropología ha conseguido verse reconocida como disciplina independiente. Marvin Harris, profesor de antropología en la Columbia University, es bien conocido en los medios académicos por sus artículos y libros. Realizó trabajos de campo en Brasil, Ecuador y Mozambique.