El dragón y los peces siempre lo recordaban y soñaban con él. Un día el dragón vio al chico en la playa, pero estaba pescando. Consternado por tanta crueldad, el dragón le increpó. El chico contestó que al crecer se había dado cuenta de que los peces estaban muy ricos. Entonces, el dragón lo abandonó para ir a un lugar donde los niños nunca crecían.
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