Muchos personajes malvados se han creado para atemorizar a los niños: el brujo, el ladrón, el hombre
del saco, el monstruo, el dragón... Pero Tú no me asustas nos recuerda su función: son necesarios para que puedan existir la lámpara mágica, las hadas, los tesoros... Sin embargo, reconozcamos que son necesarios sobre todo para tener alguien a quien echarle la culpa y, lo más importante, son necesarios para poder dormir con mamá.