Tal vez no me gustan los hombres. El día en que su mujer rompe de repente a llorar en la cocina se produce un pequeño cataclismo: es uno de esos días en que tu vida se cae a pedazos, pero a la vez, empieza a explicarse a sí misma. Es entonces cuando Glauco Revelli, el chef de un famoso restaurante, de cuarenta años de edad y padre de una hija de tres años, va en busca de la auténtica verdad del ser humano. Desde la entrada en la edad adulta, el enamoramiento, la construcción de una familia, el nacimiento y la educación de una niña, hasta el desenamoramiento de su esposa (que empieza con el nacimiento de su hija) y el regreso feroz de los demonios insaciables del sexo; todo se nos aparece a través de su mirada implacable y conmovida. Con El padre infiel, Antonio Scurati ha escrito su libro más personal, inflamado por el tono cordial de la confesión pero, al mismo tiempo, ha escrito la novela de la educación sentimental de toda una generación.