El Piloto Azul, bautizado así por la fauna antártica, es un personaje fantástico, un imaginario sobreviviente al histórico naufragio del navío español San Telmo, que allá por 1819, estando a la altura del Cabo de Hornos fue arrastrado por un fuerte temporal y terminó perdiéndose contra
la abrupta costa de la isla de Livingston en las Shetland del Sur.
La leyenda del Pitoto Azul, la que va a transmitirse de generación en generación, decía que el que descansaba entre los hielos milenarios, el hombre al que el glaciar teñía de azul la piel, se constituiría en su paladín en cuanto despertara, en el héroe que les ayudaría a mantener su tierra libre de desmanes y codicias. Tuvieron que transcurrir más de 150 años para que el mito se hiciera realidad, cuando el volcán que dormita en Decepción, estalló una vez más y le dio vida a la vez que le insuflaba de extraordinarias energías. Desde entonces, comenzó a cumplir con su destino acompañado de sus amigos Dos Pelos y Rascasota, un lobo marino, erudito y bonachón, blanco como la nieve,
y un págalo hembra, resabiada y respondona, a la que le faltaba un ojo.