Sue Trinder, una joven huérfana de diecisiete años, es enviada a una mansión en el campo como doncella de la joven Maud Lilly, también huérfana y de su misma edad. Pero Sue va con una misión: ayudar a Richard Rivers, el Caballero, un aristócrata desclasado, a seducir a la inocente Maud. Porque el Caballero planea casarse con la joven, recluirla luego en un manicomio y gozar de la fortuna que Maud ha heredado. Hay un obstáculo, claro está, el excéntrico tío de Maud, un bibliófilo empedernido. Aunque en la mansión nada es lo que parece, y la experimentada Sue resultará ser mucho más inocente que la inocente Maud, a quien su tío ha educado para que sea la lectora de su secreta biblioteca de pornografía, para deleite de él y de su círculo de refinados amigos... «Una novela tan inteligente, tan atractiva, que si ustedes, como yo, desconfían de las novelas históricas, deberían abandonar todos sus prejuicios. Waters no es sólo una buena escritora de novela histórica, es una de nuestras mejores escritoras, sin más» (M. Thorne, Independent on Sunday).
Sue Trinder, una joven huérfana de diecisiete años, es enviada a una mansión en el campo como doncella de la joven Maud Lilly, también huérfana y de su misma edad. Pero Sue va con una misión: ayudar a Richard Rivers, el Caballero, un aristócrata desclasado, a seducir a la inocente Maud. Porque el Caballero planea casarse con la joven, recluirla luego en un manicomio y gozar de la fortuna que Maud ha heredado. Hay un obstáculo, claro está, el excéntrico tío de Maud, un bibliófilo empedernido. Aunque en la mansión nada es lo que parece, y la experimentada Sue resultará ser mucho más inocente que la inocente Maud, a quien su tío ha educado para que sea la lectora de su secreta biblioteca de pornografía, para deleite de él y de su círculo de refinados amigos... «Una novela tan inteligente, tan atractiva, que si ustedes, como yo, desconfían de las novelas históricas, deberían abandonar todos sus prejuicios. Waters no es sólo una buena escritora de novela histórica, es una de nuestras mejores escritoras, sin más» (M. Thorne, Independent on Sunday).