Ensañarse con su hijo para ganarle en un videojuego, soltarle el sermón a su hija por haberle ganado al escondite o, peor aún, inventarse una historia de psicópata asesino a la hora de acostarse... ¿Guy Delisle, autor de obras como Shenzhen, Pyongyang, Crónicas birmanas y Crónicas de Jerusalén, un mal padre? No, simplemente un autor de historietas que busca las ideas allí donde se encuentran y las adereza con un agudo sentido de la observación y una gran capacidad para reírse de sí mismo.
Ensañarse con su hijo para ganarle en un videojuego, soltarle el sermón a su hija por haberle ganado al escondite o, peor aún, inventarse una historia de psicópata asesino a la hora de acostarse... ¿Guy Delisle, autor de obras como Shenzhen, Pyongyang, Crónicas birmanas y Crónicas de Jerusalén, un mal padre? No, simplemente un autor de historietas que busca las ideas allí donde se encuentran y las adereza con un agudo sentido de la observación y una gran capacidad para reírse de sí mismo.