«Me pregunto si mi marido quería morir o si desapareció porque quería vivir. También es posible que la vida y la muerte estuvieran al margen de sus reflexiones». Quien habla así es Kei, una mujer que vive con su madre y su hija adolescente. Su marido desapareció sin dejar rastro hace doce años. Con el tiempo ha encontrado un amante, Seiji, pero la presencia de su esposo llena sus fibras más íntimas y se resiste a abandonarla. Manazuru: esta palabra misteriosa es la única pista que el marido dejó en su diario, y el punto de partida para la búsqueda de un sentido en la península japonesa del mismo nombre. El lector se encontrará acompañado de fantasmas en una profunda, memorable y sensual exploración del amor, en un mundo de evocaciones de una sutileza delicadísima, en una barca que pende en el horizonte y que busca acariciar la íntima piel de los sentimientos.