Las primeras memorias conservadas de una persona intersex, que vivió en el siglo XIX en Francia y que cambió legalmente su nombre, Herculine, por el de AbelEsta es la historia de cómo Adélaïde Herculine Barbin llegó a ser Abel Barbin, contada por él mismo. Fue una niña criada y educada en internados de monjas, a mitad del siglo XIX, hasta convertirse en institutriz en uno de ellos. Pero algo no encajaba. Una serie de cambios y sensaciones en ella precipitaron un desenlace irreversible: su reasignación legal como hombre y su partida a París. Allí comenzaría la escritura de su autobiografía, hasta su suicidio a los treinta años. El manuscrito original no se conserva íntegro, y solo disponemos de la versión transcrita por el médico forense en cuyas manos cayó el texto, y que Michel Foucault incluyó, un siglo después, en su estudio sobre el caso, que llamó y popularizó como Alexina B. Esta edición recoge solo el texto escrito por Barbin.