La explotación racional de los animales tiene íntimas conexiones con la explotación agrícola. El agicultor tiene que poseer el conocimiento sobre aquellos animales que se comportan para con él como amigos o como enemigos; su profesión azarosa exige que se esfuerce por reducir al mínimo los estragos de los animales nocivos.
La zoología agrícola establece el papel que desempeñan los animales en la naturaleza, distingue las especies útiles de las perjudiciales y desvanece los enojosos prejuicios que muchas veces abrigamos contra nuestros mejores auxiliares. El estudio de los animales de presa entraña el de los procedimientos adecuados para destruirlos: los medios para prevenir o atenuar sus estragos no pueden derivarse sino del conocimiento de sus costumbres; de aquí las íntimas relaciones que tiene la zoología agrícola con la montería y la caza.
Entre las muchas especies de aves sedentarias o de paso hemos escogido, para examinarlas en detalle, las que resultan más particularmente útiles o perjudiciales.
El texto está ilustrado con abundancia de figuras que dan a la obra un cierto carácter artístico no exento de interés documental.