Palabra Quieta narra escenas concretas donde el protagonista es un niño. La mayoría de los relatos son sobre niños autistas y no son casos clínicos sino que tratan de captar el más allá de lo que se ve a simple vista. La autora, psicoanalista y escritora, ha queri-do transmitir cómo se puede observar a un niño lejos de un punto de vista convencio-nal y clasificatorio. Observar lo que hace un niño puede llevar a cualquiera a descubrir un mundo, una manera de relacionarse con lo que le rodea, aunque este algo sea un objeto sin interés para el que está con él. De hecho, estar al lado de un niño implica un esfuerzo de poesía, un intento de leer entre líneas, de ir más allá de quedarse fijado a lo que supuestamente el niño, por la edad que tiene, tendría que hacer. Todos los niños pero especialmente los niños autistas requieren que se les considere como seres singulares, con su propia manera de estar en el mundo.
La autora comenta los relatos desde una perspectiva psicoanalítica y el libro está pensado para un público en general, para que todos podamos acceder a comprender cómo acompañar a un niño autista y podamos aprender todo lo que él nos puede enseñar.