Umberto Pasti tenía cuarenta años cuando inició la aventura que narra en este libro. Tras una larga caminata por los alrededores de Rohuna, encontró el lugar donde establecer su soñado jardín de especies en peligro de extinción. Rohuna era un lugar extremo e inhóspito, casi inaccesible, pero también un paraje único. Sigue siendo hoy el lugar único e irremplazable donde aquel forastero plantó un paraíso.