Fermín Herrero no necesita contarnos grandes historias, como no necesita situarlas en lugares exóticos para emocionarnos; al revés: su minúscula aldea soriana, su ámbito familiar, los paisajes de una tierra que Machado colonizó poéticamente antes que él, le bastan para contar el mundo, su mundo propio poético y el de todos sus lectores unidos en una emoción común. Todos los poemas que Fermín Herrero -para mí uno de los mejores poetas de cuantos escriben hoy en España y en Europa- aquí nos presenta están tocados por el don que solo los elegidos por la poesía poseen y por la emoción profunda que solamente ellos son capaces de otorgar a sus creaciones. Este libro de Fermín Herrero, selección, según él, de sus poesías más humildes (familiares o domésticas tanto da), es por eso la mejor manera de entrar de lleno en la obra de un poeta que pasará a la historia. Del prólogo de Julio Llamazares