Porque nació de una calabaza, por eso le pusieron Tino Calabacín. Y a saber si no fue por lo de las pepitas que tienen dentro. Porque Calabacín, siempre que estornudaba, escupía pepitas, unas pepitas blancas y planas de calabaza que no dejaban lugar a dudas. Y a la hora de la siesta, acudían a él las moscas, porque tenía la sangre dulce, lo mismo que un almíbar.