Este libro, que se lee como una novela y casi se ve como una película de Visconti o Fellini, es un apasionante viaje al interior del Vaticano. Hasta todo aquello que la mayoría no ve ni sabe porque se produce detrás del Portón de Bronce. Y en ese viaje aparecen desde sor Ilaria, religiosa encargada de los pergaminos con la bendición del Papa, hasta monseñor Celso Morga, arzobispo y secretario de la Congregación para el Clero; desde el cocinero del comedor de los empleados del Vaticano, Franco Paini, hasta el exsecretario de Estado y ahora camarlengo, el cardenal Tarcisio Bertone, uno de los hombres más polémicos en el Vaticano, que concedió al autor de este libro una entrevista en exclusiva. Posiblemente es la primera vez que alguien describe el Vaticano real. Un Vaticano con sus luces, sus sombras, sus constantes movimientos sísmicos y sus extraordinarias y divertidas anécdotas cuyos protagonistas son monseñores, obispos, religiosas, empleados?, y no sólo los rumores de unos pasillos palaciegos siempre relucientes.
Ningún otro país del mundo esconde tantos secretos como el Vaticano. Tras el Portón de Bronce que da paso al interior de sus murallas viven personajes dignos de una novela de espías o de una película de Fellini. Algunos de ellos tan anónimos como sor Ilaria, la eficiente religiosa que se encarga de los pergaminos que bendice el papa. Otros tan influyentes como el discreto Greg Burke, consultor de la Secretaría de Estado; monseñor Alejandro Cifres, director de Archivo de la Congregación para la Doctrina de la Fe (antes, Santo Oficio e Inquisición), o el polémico y otrora muy poderoso cardenal Tarcisio Bertone.
De lo espiritual a lo terrenal. De cardenales ejemplares a funcionarios que no lo fueron. De la cúpula a la cloaca. Más de quince monseñores, varios obispos, tres cardenales e incontables personajes vaticanos de todo tipo, muchos de los cuales no aparecen nunca en los medios de comunicación, desfilan por las páginas de este libro, en el que Arturo San Agustín no sólo esboza un retrato preciso del Vaticano real sino que trata de dilucidar si es cierto que el cambio histórico que se está produciendo tras la llegada del papa Francisco se le puede llamar revolución.