La versión establecida de la historia dela Europa moderna nos habla de las guerras que se sucedieron entre 1450 y 1700 desde el punto de vista de unas causas políticas con las que los gobernantes las justificaban, en nombre del bien común o de la religión, y valoran sobre todo el papel que tuvieron en la formación de los estados modernos. Lauro Martines, el gran historiador del Renacimiento, nos ofrece ahora una nueva y enriquecedora perspectiva, que recupera la dimensión humana de unas guerras narradas desde abajo, desde la experiencia del soldado, del campesino, o del habitante de una ciudad asediada. Una guerra de hambre y canibalismo, de iglesias saqueadas y aldeas incendiadas, de campos devastados, de hombres torturados y de mujeres y niños violados. «Esto, y no los pronunciamientos de los gobernantes, es lo que constituye la verdadera faz de la guerra», nos dice. Sólo que esta nueva imagen del pasado nos obliga a examinar críticamente la política de los príncipes, y a revisar la versión de la historia que se ha construido a partir de las crónicas y los relatos oficiales.
La versión establecida de la historia dela Europa moderna nos habla de las guerras que se sucedieron entre 1450 y 1700 desde el punto de vista de unas causas políticas con las que los gobernantes las justificaban, en nombre del bien común o de la religión, y valoran sobre todo el papel que tuvieron en la formación de los estados modernos. Lauro Martines, el gran historiador del Renacimiento, nos ofrece ahora una nueva y enriquecedora perspectiva, que recupera la dimensión humana de unas guerras narradas desde abajo, desde la experiencia del soldado, del campesino, o del habitante de una ciudad asediada. Una guerra de hambre y canibalismo, de iglesias saqueadas y aldeas incendiadas, de campos devastados, de hombres torturados y de mujeres y niños violados. «Esto, y no los pronunciamientos de los gobernantes, es lo que constituye la verdadera faz de la guerra», nos dice. Sólo que esta nueva imagen del pasado nos obliga a examinar críticamente la política de los príncipes, y a revisar la versión de la historia que se ha construido a partir de las crónicas y los relatos oficiales.