En un solo día caben muchas experiencias en Asturias. Por qué ir solo a la búsqueda de una hermosa cascada cuando, además, también se puede descubrir un viejo molino junto al río o un arenal donde las mareas y el viento esculpieron en piedra la bandera de un barco pirata. Asturias es un viaje que no cesa. Cuantas más sorpresas nos depara, más gana entran de seguir recorriéndola.
Y eso es este libro, un hilo de palabras que llevan a bancos que se asoman al horizonte, allá a lo alto, valles donde nos esperan lagos inesperados, playas que nos recuerdan a mineros trabajando bajo el mar o bosques donde un enorme árbol juega al escondite con nosotros, en medio de un baile de hayas.
Y entre idas y venidas por sus carreteras, sendas y caleyas, también hacemos paradas para comer en bares y restaurantes singulares, muchos tradicionales, otros más novedosos, y todos en el medio rural. Porque también Asturias enamora y crea adicción por el paladar y por el estómago, ¿cómo negarlo? De hecho no lo niego. Es más, lo cuento todo dentro. Lo único que tienen que hacer es darle la vuelta al libro, y abrirlo por la primera página.