Tras el aterrizaje forzoso de su nave, Noel y Eduis llegan a un planeta desconocido y adoptan la forma física de ese mundo. Su primer contacto se produce en un campamento de refugiados que los acoge como extranjeros con una única condición: deben llevar siempre gafas de sol para evitar que se vean sus ojos. Tras aceptar, Noel y Eduis se integran en un mundo completamente nuevo y diferente para ellos e inician un largo viaje que les permitirá descubrir, y cuestionar, los valores, principios y secretos de ese planeta. Amor y sexo, miseria y riqueza, amistad y traición se entremezclan en un recorrido que los lleva a diferentes países y a un enfrentamiento final entre ellos: uno quiere regresar a su planeta, el otro no está dispuesto a renunciar al nuevo mundo.
Cuando el mundo era de otros colores es una novela de ficción donde la diversidad es un elemento transversal, no solo en su trama, también en el propio género de la historia. En este sentido, tiene toques de ciencia ficción, sin serlo de modo estricto, pues trata de seres extraterrestres y el descubrimiento de otro mundo, al tiempo que reflexiona sobre el funcionamiento de una sociedad y de las relaciones personales. Tiene aventura, acción, persecuciones y viajes que muestran distintas realidades. Y una historia de amor muy especial, que se sale de los tópicos y quizá sea uno de los mayores valores de la novela.
Con una estructura construida con saltos temporales y espaciales muy originales, cada capítulo es una historia autoconclusiva que permite construir una trama continua que aborda preguntas universales sobre quiénes somos y cómo es nuestro mundo. ¿Te has enamorado hasta el infinito? ¿Has sido infiel? ¿Te han roto el corazón en tropecientos pedazos? ¿Has traicionado a un amigo o lo has dejado de querer? ¿Alguna vez has huido de ti misma/o? La novela plantea estas cuestiones y les da respuesta en una ficción que, en realidad, solo busca que el público lector se haga más preguntas. Porque, como decía el escritor Mario Bennedetti, «ya sabemos cómo es sin las respuestas, mas ¿cómo será el mundo sin preguntas?».