Alrededor de cincuenta mil asturianos vivieron en Cataluña el intermedio entre el otoño de 1937 y el invierno de 1939. De sus derrotas, de su esfuerzo, de su gesta organizativa trata esta obra. Los datos que aquí se aportan proceden básicamente del Archivo Histórico Nacional, sección Guerra Civil, sito en Salamanca. Para Asturias, es vital el volver esta mirada a la gesta de unos hijos que supieron, fuera de la patria querida, hacer frente a su desventura; que en medio de la desgracia colectiva afrontaron las adversidades, desarrollaron la solidaridad, a niveles difícilmente superables, en formas de organización que podemos calificar de modélicas. Ni la gesta resistente de Asturias ni su inmediato destino han tenido cantos y reconocimientos como otros pueblos que se rindieron antes y sin tal resistencia al invasor.
Tampoco se ha hecho justicia a Cataluña. Se echa en olvido cuánto ha significado Cataluña y significa para otros pueblos del resto de España. Como lugar de inmigración, a lo largo de muchas décadas, allí encontraron trabajo y acogida, allí se naturalizaron y enraizaron españoles de todas las procedencias. Durante la guerra de 1936-1939 fue tierra de refugio de otros españoles que allí encontraban uno de los últimos baluartes de la República. En los hogares catalanes falta pan. Nunca ha faltado pan a los refugiados. Esa generosidad institucionalizada cuajó en el alma de los refugiados en amistad imperecedera anudada en aquellos meses. La memoria histórica contiene también grandes gestas de generosidad. Este libro es un retazo de esa memoria positiva.